Un negociador profesional tiene la habilidad de lograr acuerdos incluso cuando las dos partes tienen puntos de vista diametralmente opuestos. Para esta tarea son esenciales las siguientes capacidades:
- – ubicarse rápidamente en el laberinto de la comunicación,
- – mantener la flexibilidad interior,
- – calcular con agilidad las intenciones de los demás,
- – prever el cierre satisfactorio de las negociaciones.
Un buen negociador es capaz de elegir y aplicar la estrategia adecuada para evitar o resolver un conflicto grave. Además, un buen negociador es capaz de establecer una buena relación incluso con un cliente complicado o exigente.
En esta formación te enseñaré:
- aprenderás a preparar una estrategia tridimensional empleando mapas mentales
- aprenderás a observar elementos que desarrollarán tu intuición para valorar a tu cliente
- practicarás la realidad del regateo
- conseguirás trabajar con sintonía en la comunicación
En la formación adquirirás un procedimiento que te permitirá:
- incorporar a tu estrategia todos los argumentos y ventajas posibles
- incluir en la preparación tus estimaciones de las expectativas, los valores, la estrategia, los argumentos y las actitudes de la otra parte
- evaluar y verbalizar los riesgos y beneficios de los posibles resultados de la negociación